lunes, 17 de enero de 2011

Soulfly: Omen (2010)


Hablar de Soulfly es hablar de Max Cavalera. Es su proyecto, su banda, su sentir. Y acá con su séptimo disco, Omen, la sensación es la de estar ante un trabajo que no da para demasiadas vueltas ni explicaciones.

El álbum continua con una evolución que a estas alturas parece lógica y que muestra el como Max ha ido abandonando poco a poco las experimentaciones tribales y los sonidos asociados al Nu Metal, para dar paso a una música bastante más cercana al thrash que tanta fama le dio en sus inicios como músico. Dicho en simple: el tipo ya no teme sonar a Sepultura¿Una vuelta a los orígenes por inercia , necesidad o conveniencia? (imposible no mencionar sus reconocidas intenciones de regresar junto a su antigua banda) . La respuesta sólo él la conoce, sin embargo acá con Omen la banda se presenta mediante un sonido agresivo y directo, que no apuesta por medias tintas.

El comienzo es absolutamente demoledor. Las canciones hablan por si mismas. "Bloodband & beyond" es un golpe a la mandíbula y si aún te mantienes de pie "Rise of the fallen" , probablemente el mejor tema del álbum, termina de noquearte. Y el asunto sigue así, sin dar tregua alguna durante la primera mitad de álbum. Suena la brutal "Great depression" seguida de "Lethal injection" y de igual manera "Kingdom" mantiene las pulsaciones muy arriba, marcando una primera mitad dinámica y siempre interesante.  

Ahora, si la segunda parte del álbum hubiese sido capaz de mantener el ritmo de la primera creo que estaríamos hablando de uno de los grandes lanzamientos de 2010. Lamentablemente no fue así. Esto no significa que las canciones de pronto sean malas, pero si la duración de estas aumenta y esto se combina con fórmulas que tienden a repetirse el resultado no puede ser otro: el sonido se torna algo monótono. De ahí que tras "Jeffrey Dahmer" el álbum tienda a caer en un pozo que solo se logra levantar en el final gracias a la agresividad de "Counter sabotage".

Ya para el final y como es costumbre en los discos de Soulfly , el cierre viene a cargo de un sencillo instrumental que contrasta con el sonido de todo el álbum pero de todas maneras se disfruta. De esta manera nos quedamos con un disco que funciona muy bien por momentos, sobretodo en su comienzo, que ilusiona en la partida gracias a una energía y un ritmo que te envuelven pero que en medida que avanza comienza a decaer y a perder frescura. No es un mal disco pero deja sensaciones muy encontradas en el global.

6,5 / 10
Cumple y algo más...

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