martes, 13 de mayo de 2025

Cradle Of Filth: The Screaming Of The Valkyries (2025)

 "Continúan en estado de gracia..."

Desde hace al menos una década que Cradle of filth vienen en racha publicando álbumes bastante característicos, impecablemente ejecutados, dueños de una imaginaría singular y un sonido por sobre todo eficiente. Treinta años de carrera y dieciséis discos hablan de una máquina que prácticamente no se ha detenido y se encuentra, para bien y para mal, totalmente automatizada bajo la dirección de Dani Filth. En dicho sentido este The screaming of the valkyries responde a las expectativas enlazando una vez el metal extremo con elementos sinfónicos y góticos, con el matiz esta vez de entregar varios de los momentos melódicamente más amigables en largo tiempo. 

Respecto a esto último, uno de los principales méritos que la banda viene sosteniendo es la capacidad para dotar de dinámica y diversidad a cada una de sus canciones, extensas todas (seis a siete minutos la gran mayoría) pero aún así fáciles y amenas de oír. Para muestra lo que acá realizan en toda la primera parte del disco entre temas que cuentan con pasajes veloces y acelerados pero que jamás olvidan su vocación melódica y, digámoslo, comercial. Esto ya sea volviendo al coro constantemente en 'To live delociously', incorporando pasajes estructuralmente atractivos en 'Demagoguery' (con una excelente pausa que marca el solo en el 3:40), apuntando a la velocidad en 'The trinity of shadows' o incorporando las vocales de Zoe Marie Federoff tanto en 'Nom omnis moriar' como en 'White hellebore', que vaya como aportan al resultado. 

Por esto, cuando pasando el nudo la banda se da el lujo de meter una ambiciosa y cambiante 'You are my nautilus' (que casi llega a los ocho minutos) la aceptamos gustosos pues la experiencia ya ha valido totalmente la pena, la banda nos ha entregado otro disco sobresaliente al que solo le resta cerrar adecuadamente, cosa que hacen con 'Malignant perfection' (la más genérica en todo el disco), una cambiante 'Ex sanguine draculae' y otra sólida 'When misery was a stranger'.

Todos los condimentos acá están. Encontramos en el álbum un metal agresivo, momentos oscuros y góticos, otros acelerados y afilados, Dani Filth vocalmente vuelve a estar sólido pero entrega de todas formas espacio para otros aportes mediante duelos con voces femeninas, hay estructuras cambiantes, pasajes melódicamente potentes y, como si todo esto fuese poco, el álbum tampoco se alarga innecesariamente, contando tan solo nueve canciones (aunque extensas todas, insisto), lo cual aporta a la sensación de estar frente a un trabajo bien pensado y unos Cradle of filth que tienen clarísimo el que hacer. The screaming of the valkyries vuelve a mostrar a una banda en claro estado de gracia, regulares en lo suyo pero jamás limitándose a lo obvio. Otro discazo a su lista. 

¿Canciones? 'To live delociously', 'Nom omnis moriar' y 'You are my nautilus' .

8/10
Excelente.


sábado, 10 de mayo de 2025

Deafheaven: Lonely People With Power (2025)

 "Intensa y salvaje emocionalidad..."

Era absolutamente esperable que luego de sus primeros tres álbumes Deafheaven tanteasen terreno en atmósferas alejadas del metal, algo que efectivamente comenzó a insinuarse en Ordinary corrupt human love (2018) para acabar concretándose en Infinite granite (2021), un disco en donde George Clarke cantó limpio (demostrando también todas sus limitantes vocales, digámoslo) y la banda se acercó al dream pop, muy en la línea de lo que hicieron los franceses Alcest una década atrás en un disco como Shelter (2014). Llegaba la hora del siguiente eso si y había que ver si Deafheaven confirmaban o reculaban. Ellos sabrán si en la decisión ha pesado la falta de aceptación obtenida por Infinite granite, la auto exigencia de la banda y/o la falta de recursos de Clarke, pero el caso es que la banda ha decidido volver y recuperar terreno mediante un disco que retoma el asunto donde habían quedado más o menos con New bermuda (2015), digamos: vuelta a esos sonidos cercanos al black pero con esas características dosis de intensa emocionalidad en el pasar. Con una importante salvedad es si: que esto no es un mero "más de lo mismo".

Si bien el contraste mencionado se hace presente a lo largo de todo el disco, la partida entregará los momentos más directos de este. Esto porque tras un breve instrumental llegarán los seis minutos y medio de 'Doverman', con una impronta digna de los más feroces Immortal sumado a murallones de guitarras (el shoegaze no lo sueltan claro está) en una canción que unicamente toma respiro (al 4:25) para tomar aire y volver a la descarga incesante. Algo similar a lo que ocurre en 'Magnolia', donde el desate será aún mayor (vaya trabajo de batería en el fondo), quizás con la diferencia de presentar riffs más cortados y directos sobre todo en su comienzo. 

Será, sin embargo, pasando esos diez minutos iniciales cuando el disco muestre definitivamente sus cartas entre canciones que conjugan a la perfección calma y dolor. En ese camino 'The garden route' es una especie de balada compuesta por desesperados alaridos, 'Heaven' les acerca por primera vez al sonido limpio de Infinite granite (aunque en los coros y recta final el tema prenderá fuego encontrando de paso uno de los momentos más emocionalmente logrados del álbum), mientras que en 'Amethyst' nos entregarán el momento más ambicioso del álbum, ocho minutos que abren mediante un profundo relato para de pronto desembocar en una descarga nuevamente marcada por el salvajismo e intensidad incesante. Joya de canción. Luego, conscientes de la necesidad de darnos un respiro es que Deafheaven inteligentemente nos instalan otro interludio a medio álbum, aunque ojo al dato: lejos de presentar un mero instrumental de relleno, 'Incidental II' es un tétrico relato terrorífico que justifica absolutamente sus más de cuatro minutos de duración. 

Abriendo la Cara B del disco reiteran la fórmula del comienzo del álbum, es decir, nuevamente dos temas muy directos y cargados al black como 'Revelator' (te-ma-zo, al que solo se le puede achacar ese minuto y medio final que me parece está un tanto de más) y 'Body behaviour', seguidos de un nuevo interludio (esta vez con breve participación de Paul Banks de Interpol) y una recta final construida por otra ambiciosa 'Winona', donde vuelven a tomarse su tiempo (los dos primeros minutos marcados por esos murallones son hermosos) para luego entregarse al desate incesante, y ese cierre impecable a cargo de 'The marvelous orange tree'.

A simple vista Lonely people with power supone una especie de cilindro de oxígeno para todos aquellos que habían perdido la fe en Deafheaven, sin embargo, el disco es muchísimo, pero muchísimo más que eso. La sensación es que la banda ha encontrado su punto y que lo hacen además sin recurrir al auto plagio, tomando elementos del camino recorrido para construir algo nuevo, porque aquí hay más violencia que en Sunbather (2013), más emocionalidad que en New bermuda (2015), más cohesión que en Ordinary corrupt human love (2018) y más convicción que en Infinite granite (2021). De todo un poco entonces, y más...

¿Canciones? 'Magnolia' y 'Amethyst'.

jueves, 8 de mayo de 2025

Killswitch Engage: This Consequence (2025)

 "En lo suyo, sólidos..."

Vamos a comenzar directo: no hay demasiadas sorpresas con Killswitch engage pero con todo, se las siguen arreglando para cumplir de sobra. Esto a propósito de este This consequence que llega a seis años de Atonement (2019), un disco de contexto complejo pero donde la banda supo entregar un conjunto más que digno. Y bueno, estos nuevos treinta y cinco minutos de música se mueven más o menos por donde mismo, vuelta entonces al metalcore de manual (bastante meloso a ratos) pero bien ejecutado, canciones breves que combinan a la perfección ejecuciones instrumentalmente impecables con un montón de momentos marcadamente melódicos y efectivos. Pues digámoslo: cualquiera de estas diez canciones pudo ser un single. Cualquiera.

Curiosamente lo más débil del disco está en la partida. 'Abandon us' regala el clásico tándem "estrofa agresiva / coro melódico" con un doble pedal que marca presencia todo el tiempo y riffs que se enlazan con fraseos sólidos cortesía de un contundente Jesse Leach, el problema es que en el camino suenan demasiado obvios, fuera de contar con un cierre lamentable (un fade out flojísimo). En adelante, sin embargo, le sucederán temas similares pero muchísimo mejores, medios tiempos pensados como claros singles comerciales (ahí tienes los coros limpios de 'Aftermath' o 'Forever aligned') siendo la velocidad y agresividad de 'Discordant nation' o 'The fall of us' los únicos momentos del disco donde Killswitch engage matizan yendo hacia un metal algo más oscuro. Excepciones a la regla eso si, pues gran parte del álbum va hacia sonidos más azucarados donde la banda transmite la sensación de estarse pasando un buen rato entre sólidas canciones como 'I believe' o 'Collusion'. Hacia el cierre de todas formas jugarán un tanto mediante 'Broken glass', quizás la única en todo el disco que escapa de lo obvio con sus secciones golpeadas y tiempos más lentos, para cerrar con la cabalgata melódica y efectiva de 'Requiem'

Pues lo dicho, que los estadounidenses proponen en este This consequence un viaje que en lo suyo está muy sólido, dándose el gusto incluso de mejorar un tanto la propuesta respecto al antecesor. Tras veinticinco años de carrera no es poco...

¿Canciones? 'The fall of us y  

7,2 / 10
Muy bueno.


Otras reseñas de Killswitch engage:

martes, 6 de mayo de 2025

Ghost: Skeletá (2025)

 "Equipo que gana, repite..."

Siendo francos, no hay mucho que analizar respecto al más reciente álbum de Ghost. Conocido es que los de Tobias Forge comenzaron a realizar un giro en su sonido con Meliora (2015), siendo este el parteaguas en la carrera de los suecos. En aquel trabajo si bien la banda seguía conservando cierta oscuridad en su propuesta, esta se conjugó con una búsqueda de canciones melódicamente más atractivas y luminosas respecto a lo que fueron sus primeros dos discos (temas como 'Majesty' o 'Absolution' parecieron marcar la ruta a seguir). Y lo que vino ya es parte de la historia contemporánea: un sólido Prequelle (2018), el éxito en tik tok de un golazo como 'Mary on a cross' y la definitiva consolidación mediante el excelente Impera (2022). Hoy la máquina está plenamente engrasada y funciona como reloj, de ahí un disco de clara continuidad como Skeletá, un puñado de buenas canciones que se dejan oír sin problemas y que te gustarán si te gusta el Ghost de estos últimos años. Sin más. 

La partida es débil, digámoslo, 'Peacefield' (con claro aroma en los coros a 'Separate ways' de Journey) es un tema correcto pero no posee la impronta de 'Rats' ni mucho menos la fuerza avasalladora de 'Kaisarion', sin embargo, desde entonces la banda sabrá desenfundar una seguidilla de singles (as usual...) realmente incontestables que por si solos logran que la experiencia salga a flote. En dicho sentido Tobias Forge es un tipo inteligente y sabe muy bien acá lo que tiene, nos instala por tanto y de entrada las dos canciones más pegajosas del álbum, 'Lachryma' y 'Satanized'. En ambas disfrutamos del tino melódico y la gracia de una banda que entiende a la perfección donde está jugando, insinuando un peso en las guitarras para acabar desenfundando un verdadero homenaje al estrofa/puente/coro de alto nivel, a la radio-fórmula recordable. Luego el manual dice que tras los singles debe venir la balada y ellos muy obedientes así hacen mediante 'Guiding lights', donde van a las cuerdas y pretenden la emoción que en el pasado lograron con cosas como 'He is' (probablemente la mejor canción en la carrera de Ghost), y casi casi que la alcanzan, porque el coro (y ya van...) es buenísimo, sin embargo, se pasan de azúcar entrando al solo y ese final abrupto deja la sensación de que no han sabido como cerrarla. 

Entrando al nudo la sensación que transmite este Skeletá es que las cartas ya se han mostrado por lo que solo resta poner el piloto automático. De ahí que (demasiado pronto) comiencen a a sucederse canciones correctas que no impactan pero tampoco molestan, ahora, ahí es también donde se verifica que este álbum está un par de peldaños por debajo de Impera, cuya segunda línea era implacable. Dicho en simple: acá no encuentras un 'Hunter's moon', un 'Watcher in the sky' ni un cierre del nivel de 'Respite on the spitafields', más bien cositas agradables como 'Cenotaph' o 'Marks of the evil one', siendo la dinámica de 'Umbra' el único momento del álbum en que sientes que el asunto sale de la zona segura, particularmente en ese minuto (post 3:30) donde incluso meten un teclado en el solo y por única vez suenan algo más espontáneos y no tan cerebrales.

"Equipo que gana, repite..." - decimos los futboleros. Y de eso se trata Skeletá. No es en absoluto un mal disco pero la sensación de que estiran la cuerda es bastante clara y ciertamente: otro disco en esta línea sería de plano asumir que lo mejor de la banda ha quedado atrás y ahora solo queda repetir el esquema. Veremos...

¿Canciones? 'Lachryma' y 'Satanized'.

6,9 / 10
(Muy) bueno.



domingo, 4 de mayo de 2025

Rigoberta Bandini: Jesucrista Superstar (2025)

 "Empoderamiento y libertad creativa..."

El que Paula Ribó (de nombre artístico Rigoberta Bandini) haya recorrido un largo camino previo a la publicación de su primer disco (para el cual ya tenía 32 años de edad) puede guarde relación con el amplio empoderamiento y la libertad creativa que ostenta, tanto en términos temáticos como estéticos. Basta ver cualquiera de sus videos para hacerse una idea. 

La española debutó unos años atrás con un correcto pero atrevido La emperatriz (2022), que no estuvo mal pero contó con el problema de ser un álbum que se sostenía principalmente gracias a canciones enormes como 'Ay mamá' o 'Perra' pero en el global resultaba algo irregular (también es cierto que el disco era efectivamente una recopilación de singles). Con Jesucrista superstar la vocalista ha buscado sostener el tono personal y feminista del debut, además de esas letras que en forma y fondo apuestan por lo cotidiano y lo incorrecto (¿una canción usando la palabra "caca"? Pues si, acá la encuentras), incorporando algunas jugarretas musicales interesantes y redoblando la apuesta en términos de duración, construyendo un ambicioso disco doble que entrega una versión exagerada de la artista, quien no ha temido caer en excesos y meter absolutamente todo, corriendo incluso el riesgo de espantar a medio mundo. 

El título y esa portada con una Rigoberta rubia, inocente y esperanzada ya anticipa. "Bienvenidas a un disco llamado Jesucrista Superstar..." - afirma la vocalista en la línea que abre. Declara intenciones separatistas de inmediato por tanto, hablándole exclusivamente a ellas y situándose en una posición grandilocuente. Bandini ha comentado en entrevistas que tuvo problemas en ciertos momentos con las redes por lo que previo a la grabación del álbum se fue lejos con un teléfono de esos que solo reciben llamadas y ahí fue que compuso el simpático monólogo 'Star', donde invita a las chicas a dejar de mirar el móvil, abandonar las redes sociales  ("Qué asco!" - exclama) y parar de tomarle fotos a los "putos pasteles de frutos rojos", esto por supuesto enmarcado en un mensaje ligado al empoderamiento ("Si tu quieres puedes ser el rey y la reina de este país..."). La partida es enorme, hay que decirlo, tres minutos que divierten y van al choque, antecediendo además a uno de los pasajes más interesantes del álbum musicalmente hablando: la juguetona 'Simpática pero problemática', con mucho de los primeros Mecano en su dinámica cargada al pop de teclados. Ojalá el álbum hubiese tirado más por esta línea. Quizás el siguiente...

De todas formas, habrán otros momentos en donde melodías simples pero atractivas con énfasis puesto en coros llamativos se tomarán el disco. Serán instantes en que el álbum funciona y vuela alto, ya sea en la acústica 'Enamorados', las divertidas y livianas 'Pamela Anderson' (me dieron ganas de ver su documental) o 'VuelaaAAaa', 'Busco un centro de gravedad permanente' (aunque a esta le sobra un minuto) o la bailable 'Kaiman'. Todas ellas concentradas en el Disco 1 del trabajo. A estas se les podría haber agregado la divertida 'Todas tienen ganas de jaleo' (a dúo con la argentina Juliana Gattas), la balada 'Aprenderás' y alguna cosita más (la diversa 'Mi niña' es otra que destaca), armando un álbum redondito, pero bueno, quien es uno para censurar la verborrea del artista...

El caso es que Rigoberta Bandini ha querido salirse con la suya y meter todo en el plato, incluyendo una serie de temas demasiado simplones y que marcan un claro desnivel respecto al resto. En ese lote se pueden mencionar 'Canciones alegres para días tristes' (casi tres minutos que ni la presencia de Luz Casal logra levantar), 'Si muriera mañana', 'Amore amore amore' y prácticamente todo el disco 2, a excepción de la simpatiquísima 'La pulga en el sofá' y la ya mencionada 'Mi niña'.

El exceso de canciones le juega en contra por tanto a una Jesucrista superstar que vuelve a mostrar a una Rigoberta Bandini rebosante en actitud y osadía. Queda claro que la española tiene muchísimo que decir y muchas ganas de pasársela bien, sin embargo, verdad sea dicha: lo musical está algo descuidado y sigue quedando como tarea pendiente para la vocalista. Con todo, estamos ante uno de los discos españoles más atrevidos en largo tiempo. 

¿Canciones? 'Star', 'Simpática pero problemática', 'Pamela Anderson' y 'Mi niña'.

7/10
Muy bueno.

miércoles, 30 de abril de 2025

A.N.I.M.A.L: Legado (2025)

"Sostienen su esencia..."

Le ocurrió a algunas bandas de metal noventero eso de haber abrazado el groove para luego perderse en el nu metal (¿aló, Machine head?), y en Latinoamérica tuvimos a A.N.I.M.A.L como claro exponente de esta tendencia. Los argentinos volvieron en 2018 tras más de una década alejados y ahora en 2025 los tenemos de regreso con siete canciones (un poquito más que un EP) que entregan un buen compendio de lo que ha sido la carrera de la banda, léase: un sonido que apuesta por la fuerza de riffs directos, que busca recuperar la potencia de los primeros álbumes de la banda y que en términos de temáticas va por donde suelen ir, dígase, reivindicaciones sociales e incitaciones al levantamiento popular. 

El trabajo resulta entonces sencillo de oír, solo veinticuatro minutos de música que abren con un tridente que declara intenciones, primero con 'Legado' y su llamado a la la sublevación ("Hoy la lucha debe continuar igual..."), para luego sostener el peso sumado a un trabajo de batería llamativo y atractivo tanto en 'Fraternidad' como 'Sagrado'. Luego establecerán una pequeña pausa mediante el instrumental 'Llamado primitivo' para retomar la energía con 'Puño criminal', un tema más groovero en donde el bajo adopta mayor protagonismo, e ir cerrando con una visceral 'Violento despertar' seguida de la balada 'Culpables de hoy', que no está mal pero falla en la producción (suena horrible, digámoslo) y me parece no logra alcanzar las cotas emotivas que pretende. Algún momento explosivo o un solo hacia su final no habría estado mal...

Legado de A.N.I.M.A.L cumple su objetivo por donde se mire. Si bien es un trabajo breve que ambiciona poco, aquello que se propone lo consigue: mantener vivo el espíritu y la fuerza de los argentinos. A estas alturas, es lo que hay.

¿Canciones? 'Fraternidad' y 'Violento despertar'.

6,8 / 10
Cumple y algo más...

lunes, 28 de abril de 2025

Fito Páez: Novela (2025)

"Pasado por agua..."

Para comprender el contexto completo que ha rodeado la publicación del más reciente trabajo de Fito Páez hay que ir y volver en la historia del argentino, particularmente a casi cuarenta años atrás. Y es que fue tras Ciudad de pobres corazones (1987) cuando el artista sintió la necesidad de conducir su carrera hacia senderos más luminosos y escapar de la oscuridad que estaba atrapando su vida. De ahí un disco como Ey! (1988) y el posterior inicio de una nueva etapa tanto con Tercer mundo (1990) como con los míticos El amor después del amor (1991) + Circo beat (1994). Para mediados de los noventa efectivamente Fito era todo luces y glamour, sin embargo, diez años atrás la cosa no era tan así y fue en dicho contexto en que se pensó un trabajo como Novela, un álbum conceptual que incluso se soñó como película pero que finalmente quedó botado entre demos e ideas que jamás se concretaron. Eso hasta dos años atrás, cuando el vocalista decidió retomar el proyecto aunque claro, con una salvedad no menor: que hoy Fito es otro. El actual viene publicando discos como churros desde hace veinte años, la mayoría de ellos breves aunque de vez en cuanto nos encontramos con un algún arranque extenso, ambicioso y grandilocuente, ocurrió unos años atrás en La ciudad liberada (2017) y ocurre también en este Novela, veintitantas canciones que en casi setenta minutos pretenden abarcarlo todo, y por lo mismo acaba enredándose consigo mismo.

No voy a entrar acá en la absurda comparación entre los demos originales y las versiones que finalmente Fito Páez acá ha publicado pues dicho ejercicio no tiene sentido alguno. Novela no existió en 1989 y existe en 2025, punto final. Y si, que el vocalista seguro entrampado en su ego es que ha decidido pasar los mencionados demos por agua, agregarle algunas cosas nuevas y unos cuantos relatos a fin de volver más comprensible la historia que se narra, sin embargo, si el disco funcionase poco nos importarían los retoques realizados. El problema es que no es así. Novela es otro álbum del argentino incapaz de escapar de sus lugares comunes, digamos, esas canciones pomposas, sobre cargadas y que recurren habitualmente al (auto) homenaje con descaro. 

Y si, que el 80% de Novela (si es que no más) suena a cosas que antes ya le hemos oído a Páez. Medios tiempos como 'Maldivina y turbialuz', 'Cuando el curso llega al pueblo' (que es como una mezcla entre cuatro canciones de Fito), 'Cruces de gin en sal', 'El vuelo', 'Aceptémoslo' o el rock de 'Jimmy Jimmy' (otra que huele a refrito por todos lados, aunque el guiño a 'Sgt. Peppers...' de The beatles resulta simpático) son cosas que si en algún momento funcionan lo hacen únicamente desde la falta de originalidad, mientras que el resto se debate entre cosas tan inofensivas como 'Argentina es una trampa' o derechamente flojas tipo 'Miss understood' , 'Superextraño' (¿En serio Fito no puedes hacer rimar algo mejor que esto?) o toda esa recta final que se hace realmente eterna, aburrida hasta decir basta. 'Sale el sol', por favor, que tortura de canción...

No todo será negativo eso si, la producción del disco se destaca pues este suena realmente impecable, mientras que la desnudez de 'Balas y flores' o la oscura 'El último apagón' funcionan desde la rareza, ahora, esto teniéndole demasiada paciencia a un disco que jamás engancha y vuelve a dar muestras de un artista que luce como un constante "quiero pero (ya) no puedo", un tipo que se sigue cantando a si mismo y a las pruebas me remito: ese exageradísimo y meloso cierre a cargo de 'Esperanzas y tormentas'. ¿Es que en serio Fito cree que está cerrando una obra maestra? Wow...

¿Canciones? 'Balas y flores' y 'El último apagón'.

4,5/10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Fito Páez:
2020: La conquista del espacio